sábado, 17 de julio de 2010

Columna de opinion - ¿el “quinto poder”?

Semejante a la “veeduría de comunicación” sobre la que trató la anterior entrega de esta columna, pero acaso algo más radical, está surgiendo ahora rápidamente en varios países otro esquema de control social de la comunicación masiva. Es el “observatorio de medios”, formato que ve con reservas al mecanismo regulatorio estatal y recela de los mecanismos de autorregulación periodística porque los halla ineficaces ya que no cree que puedan ser imparciales. Fue propuesto y está siendo internacionalmente impulsado por Ignacio Ramonet, director del afamado periódico mensual francés Le Monde Diplomatique, que tiene una edición boliviana.
Ramonet es hoy probablemente el crítico más severo y franco de los medios masivos de comunicación —
especialmente en cuanto a los grandes monopolios multimediáticos— comenzando por los de la propia Europa y por los de Estados Unidos de América. “Los medios —estima él— están funcionando de tal manera que hoy día ya no son un corrector de los poderes, no son un moderador de los poderes; hoy día están funcionando como un poder  suplementario. Y están funcionando además como la argamasa del poder dominante. Hoy el poder dominante es el poder económico y el cemento de ese poder económico es el
poder mediático. Ésos son los dos poderes que dominan hoy día. El poder político viene por detrás”. Subraya el eminente periodista su convicción de que antes había tres poderes legítimos que podían cometer errores y que fue para corregirlos que surgió la prensa como “cuarto poder”. Afirma luego: “Hoy los medios forman parte, junto con los otros tres poderes, de los poderes que nos oprimen. Hay que crear un contrapoder. Ese quinto poder es el observatorio de los medios, es la crítica de los medios”.
Propone Ramonet, por tanto, establecer asociativamente el Observatorio Internacional de Medios de Comunicación como contrapeso al excesivo poderío de los consorcios mediáticos transnacionales “que imponen, en materia de información, una sola lógica —la del mercado— y una única ideología, el pensamiento neoliberal”. Señala que dicho observatorio debe demandar de la prensa responsabilidad y ética “en nombre del interés superior de la sociedad y del derecho de los ciudadanos a estar bien informados”. Y prevé que quienes lo operen, mediante estudios, debates y cursillos, serán usuarios de los medios, personalidades sobresalientes, periodistas profesionales y universitarios e investigadores, especialmente los de comunicación.
Según Germán Rey, ex Defensor del Lector de El Tiempo de Bogotá, ya hay en Latinoamérica alrededor de veinte observatorios comprometidos con la democratización de la comunicación y con la construcción de ciudadanía. Y hace sobre la labor de ellos esta anotación: “En el medio, entre las regulaciones legales y las autorregulaciones, se está produciendo un proceso de participación de la ciudadanía que antes estaba completamente vedada (...) El concepto básico que se está discutiendo en este marco es que la libertad de expresión está íntimamente ligada con la responsabilidad social. No hay libertad sin responsabilidad y la libertad de expresión no es un derecho solamente de los medios y los periodistas, sino también de los ciudadanos...”.
Dirigida por Ana María Romero de Campero, la flamante Fundación Unir Bolivia incluye a la comunicación masiva entre sus principales áreas de actividad. Le asigna el objetivo general de contribuir a mejorar la transparencia, la calidad y el acceso a la información, especialmente la relativa a temas conflictivos. Prevé hacerlo por medio de un Observatorio Nacional de Medios (Onadem) que emprenderá sistemáticamente el seguimiento y el análisis del desempeño de éstos mediante la investigación científica y buscando fomentar entre sus periodistas una mayor conciencia crítica en pro de la ética y del mejoramiento de la calidad de la información. También promoverá la transparencia en cuanto al régimen de propiedad de dichos medios. Y, además, propiciará el análisis crítico de la legislación del ramo.
La investigación fiscalizadora del comportamiento periodístico incluirá a diarios y revistas, radio, televisión abierta y por suscripción, exhibición cinematográfica y “sitios web” nacionales. El análisis abarcará gradualmente no sólo a los productos de la prensa sino a sus estructuras organizativas y a sus procesos operativos. Pondrá énfasis en asuntos como los derechos humanos, la interculturalidad y la violencia y, por otra parte, dará atención a cuestiones de medio ambiente, género y generación.
La reflexión será promovida mediante foros, seminarios y conferencias y la capacitación por vía de cursos y talleres.
por Luis Ramiro Beltrán Salmón

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